El cultivo de cannabis o marihuana para uso recreativo o medicinal es una práctica extendida en muchas partes del mundo, tanto para su comercialización o contrabando como para diversas formas de autoconsumo. En algunas zonas como México, Colombia, Holanda su consumo y el cultivo a pequeña escala es parcialmente legal, en mayo de 2014 Uruguay se convirtió en el primer país en legalizar y regular la producción, distribución y el consumo de cannabis; en otros lugares bajo ciertas circunstancias no está penado por la ley, mientras que en determinados lugares las penas son muy rígidas. A menudo se busca el cultivo óptimo que potencie la concentración final de THC, uno de los principales elementos psicoactivos de la planta.
Fases de desarrollo
Las fases de proceso del cultivo de marihuana van desde la preparación de un ambiente para las plantas hasta su posterior secado y curado para la degustación, pasando por todas las etapas de crecimiento y floración. Los cuidados que le demos a nuestra planta desde el primer momento y a lo largo de todo el proceso de cultivo harán que las plantas alcancen su rendimiento y cualidades óptimas.
Germinación
Se entiende por germinación al paso por el que la semilla se convierte en plántula. Antes de poder ser germinada, la semilla se queda en un estado de reposo para esperar al año siguiente. Una vez pasado este tiempo de letargo y siempre que se encuentre en las condiciones adecuadas de temperatura, humedad y luminosidad podrá germinar. La semilla germinará en un periodo de dos a siete días si se encuentra en unas condiciones de entre 21 °C y 32 °C de temperatura, en ausencia de luz y con suficiente humedad. La semilla absorbe el agua y el oxígeno que tiene alrededor para que las células del embrión comiencen a agrandarse. Entonces la cubierta de la semilla empieza a abrirse y la radícula (que posteriormente se convertirá en raíz) emerge primero. A continuación, las hojas de la semilla o cotiledónes crecerán con el tallo principal buscando la luz (la planta del cannabis es dicotiledónea). Al poco tiempo la planta se desprenderá de la semilla adosada a los cotiledones y estos se desplegarán por encima de la superficie. En este momento la planta comenzará a realizar la fotosíntesis y habrá pasado al estado de plántula.
Un método para germinar semillas consiste en introducirlas en un recipiente de agua mineral templada donde deberían germinar en un par de días. Tenemos a nuestra disposición más métodos para germinar semillas de cannabis tales como la germinación en servilletas de papel, la germinación entre algodón, en jiffy, lana de roca o directamente en el sustrato. Es conveniente utilizar el calendario biodinámico del cultivo de marihuana para garantizar un mayor porcentaje de germinación de las mismas.
En cuanto se note la germinación, deberán ser trasplantadas a semilleros individuales. La ventaja de este método es que evita plantar en macetas semillas inservibles. Un método similar consiste en germinarlas en algodón húmedo y luego trasplantarlas a los semilleros. Existe otro método que consiste en poner las semillas en medio de dos servilletas húmedas, estas a su vez son puestas en medio de dos platos para proporcionar oscuridad y protección, una vez que las semillas tienen un centímetro de radícula pueden ser pasadas directamente a la tierra.
Cuando se trata de cultivos de interior, un método muy utilizado y eficaz para germinar semillas de marihuana es utilizar un papel húmedo, sobre un plato también húmedo. Extender las semillas sobre el papel y cubrir con otra capa de papel y otro plato para mejorar la condensación. Se vigilan las semillas cada pocas horas y, si se ve que se está secando, se vuelven a rociar los papeles para mantener las condiciones idóneas. La temperatura del agua ideal está entre los 20 y 25ºC.
Fase de plántula
La semilla se convierte en plantón cuando al cabo de unos días, además de los cotiledones le han aparecido las primeras hojas verdaderas. Este estado de crecimiento dura entre tres y cinco semanas y durante el mismo, las raíces crecen y se extienden por la tierra absorbiendo nutrientes y agua, mientras que el crecimiento sobre el nivel del suelo es lento. En este punto de crecimiento, el calor y el agua son de vital importancia. El nuevo y frágil sistema de raíces es muy pequeño y requiere de un suministro también escaso pero constante de agua y calor. Demasiada agua anegará las raíces, lo que hará que se pudran y aparezca la alternaria. Por el contrario, la carencia de agua hará que el incipiente sistema de raíces se seque. Las plántulas requieren al menos dieciocho horas de luz de baja intensidad.
El estado de plántula finaliza cuando se inicia el rápido crecimiento del follaje. Este desarrollo rápido por encima del nivel del suelo es el principio de crecimiento vegetativo. Las plantas necesitan más espacio para crecer y suelen trasplantarse a un contenedor de mayores dimensiones.
Fase de crecimiento vegetativo
Una vez que se ha creado un sistema de raíces fuerte, el crecimiento del follaje aumenta con rapidez, las plántulas entran en el estado de crecimiento vegetativo. Cuando la producción de clorofila va a toda velocidad, una planta producirá tanto follaje verde como permitan la luz, el CO2, los nutrientes y el agua. Con cuidados adecuados, la marihuana puede crecer entre tres y seis centímetros al día. Una planta a la que se impide el desarrollo puede tardar semanas en iniciar su crecimiento normal. Un sistema de raíces fuerte y sin limitaciones es fundamental para proporcionar el agua y los nutrientes a la planta. Un crecimiento vegetativo sin impedimentos es la clave para una buena cosecha. Durante este crecimiento, el consumo de agua y nutrientes de la planta cambia. La transpiración se produce a un ritmo más elevado, por lo que se precisa más agua. Se precisan niveles altos de nitrógeno; el consumo de potasio, fósforo, calcio, magnesio, azufre y oligoelementos crece a un ritmo más rápido. Cuanto más grande es la planta y mayor es su sistema de raíces, más se seca la tierra. Las ramas laterales fuertes, que después alojarán los cogollos de las flores, se desarrollan.
Fase de pre-floración
La fase de pre-floración comprende desde el momento en que se cambia el fotoperiodo de la planta de 18 horas de luz (crecimiento) a 12 horas de luz (floración). La planta en ese cambio de luz tarda unos días en reconocer su fotoperiodo, y a ese pequeño periodo de tiempo se le llama fase de pre-floración. Dependiendo de la especie (Cannabis indica o Cannabis sativa) reconocerá antes o después ese fotoperiodo para ponerse a florecer.
Fase de floración y reproducción
Para completar su ciclo anual, el cannabis tiene que florecer. La marihuana es una planta dioica, es decir, con machos (productores de polen) y hembras (productoras de óvulos). En ocasiones pueden aparecer plantas monoicas – comúnmente llamadas hermafroditas – con flores macho y hembra en un mismo ejemplar.}} Este hecho puede deberse a motivos tanto genéticos como ambientales.
Cuando la flor femenina es polinizada, uno de los numerosos y pequeños granos de polen del estambre de la flor macho aterriza en el pistilo de la flor hembra. Las puntas de las flores femeninas son una masa de cálices, y cada uno de ellos contiene un óvulo y un grupo de pistilos. La fertilización se consuma cuando el grano de polen masculino se desliza por el pistilo y se une al óvulo femenino en profundidad del cáliz. Una vez que se ha producido la fecundación, los pistilos se vuelven marrones y se forma una semilla. Una vez fertilizadas, las hembras dedican toda su energía a la producción de semillas fuertes y viables. Cuando las flores están llenas de semillas maduras, la hembra muere, al haber completado su ciclo vital. El macho completa el suyo y muere cuando ha dispersado todo el polen en busca de hembras que fecundar.
En la naturaleza, el cannabis florece en otoño cuando los días se acortan y las noches se alargan. Las pautas químicas y de crecimiento cambian. Los tallos se alargan, las hojas nacen cada vez con menos dedos y la producción de cannabinoides se reduce al principio para luego aumentar. La producción de clorofila se reduce en favor de la absorción de fósforo que ayuda en la formación de flores. El tiempo de floración depende de la raza (índica o sátiva).
En los cultivos de interior, la floración se induce pasando de un fotoperiodo de dieciocho horas de luz, a uno de doce horas de luz. Durante el estadio de floración la absorción de agua es un poco menor. Un riego adecuado durante la floración aumenta la química interna de la planta y la producción de resina. Por el contrario, racionar el riego para estresar a una planta atrofia el crecimiento y reduce la cosecha. Asimismo, retirar las hojas grandes para que llegue más luz a los cogollos pequeños o para estresar a la planta, es contraproducente, ya que las hojas grandes son necesarias para la salud de la planta. Solo deben cortarse las que están muertas o casi muertas (más de un 50% dañadas).
Machos
Cuando la planta alcance un palmo de altitud aproximadamente, depende mucho, podremos observar en las intersecciones del tallo principal con las ramificaciones dos «estigmas» de color verde que habrán salido hace tiempo, pues entre el tallo y cada estigma es donde aparecerá el primer indicio del sexo de la planta. Si aparecen unas cuantas bolitas, que irán creciendo y agrupándose en racimos como si de una vid se tratara, entonces nuestra planta será un macho.
Al principio es posible confundirse fácilmente si la flor es muy pequeña. Además, donde es posible distinguir primero el sexo es en la parte más alta de la planta, que es donde esta va desarrollándose más y en donde salen los primeros indicios. El inconveniente está en que en esa zona todo es muy pequeño y está muy apretujado, de modo que es difícil apreciarlo con claridad. Será necesario entonces esperar a que la planta crezca un poco más.
Cuando se pasa a floración, las plantas machos comienzan a desarrollar bolas de polen en todas las ramas de la planta. Entonces es muy fácil reconocerlos. Cuando las bolsas de polen están maduras, comenzarán a desprender el polen. Un macho puede fecundar a muchas hembras que estén alejadas cientos de metros (todo depende de las condiciones ambientales). Los machos, al contrario que las hembras, producen muy poco THC, por lo que los cultivadores de autoconsumo suelen deshacerse de las plantas macho en cuanto se distingue su sexo.
Hembras
Para detectar una hembra, tampoco será necesario esperar hasta que la planta tenga cogollos. Antes de que la planta comience a fabricar los cogollos, la planta da una señal al mostrar su sexo. Cuando la planta alcance un palmo de altitud aproximadamente, depende mucho, podrán observarse, en las intersecciones del tallo principal con las ramificaciones, dos «estigmas» de color verde que habrán salido hace tiempo, pues entre el tallo y cada estigma es donde aparecerá el primer indicio del sexo de la planta. Si en esa zona aparecen dos pelillos de color blanco o incluso rojo, que salen de una bolsita alargada verde nuestra planta será con total seguridad una hembra. A partir de allí y más adelante saldrán los cogollos, que serán acumulaciones de estos pelillos con sus bolsas recubiertas de tricomas también llamadas resina.
Si una planta hembra es fecundada por un macho, desarrollará semillas en el interior de sus cogollos, y se reducirá la producción de THC, si nunca es fecundada aumentará la producción de THC.
Sin semilla
Sin semilla es la planta hembra que no ha sido polinizada por el macho, pues al cultivar de manera exclusiva sin presencia de los machos, las hembras crecen más grandes y con más THC, dado que al brotar hormonas crean mayor cantidad de THC, para que los machos la encuentren; es por eso que crece más y con más concentración de THC; buscando al macho crecerá más, pues necesita crecer para buscarlo. Algunas suelen tener semillas.